jueves, 1 de julio de 2010

III. Conclusión

Colina, una comuna ubicada en el sector norte de la región Metropolitana y que alberga una población que en la actualidad llega a los 100.000 habitantes aproximadamente. Su población se puede dividir en cuatro grandes grupos en relación a las características socioeconómicas que presenta. En este estudio se analizó el comportamiento de la clase media trabajadora que viaja diariamente de Colina a Santiago, en torno a la opinión que tienen acerca del sistema de transporte que se encuentra en la comuna.

En relación a eso, ha quedado claro que el sistema de transporte imperante, es un organismo que limita y condiciona la vida de los habitantes de la comuna. Por el costo de sus pasajes, la frecuencia con la que circulan los buses, y el horario restringido que no va más allá de las 00:00 horas, ha establecido ciertos patrones, que con el paso del tiempo, la gente los ha asimilado haciéndolos parte de su cotidianeidad. En pocas palabras, el monopolio de transporte ha condicionado la vida de toda una comuna.

Se trata de un monopolio que de acuerdo a las leyes existentes debe estar sujeto a mecanismos de regularización. Si bien, este sistema está prohibido en Chile, la misma Ley señala que se le permitirá permanecer a aquellos que le brinden una producción benéfica al país, Buses Colina, presta el servicio de transporte público. Por otra parte, tampoco puede ser penalizado, pues no se trata de una institución que le prohíba a otra realizar el mismo servicio, la realidad es, que no hay otra empresa que logre llegar al nivel en el que ésta se desempeña y como ejemplo a esto, es la presencia de colectivos, que con una tarifa aún más alta $1.250, realizan el mismo rol.

Cuando se habla de posibles situaciones a la problemática, la mayoría de los usuarios opta porque la empresa baje los pasajes, “propondría que se pongan la mano en el corazón y bajen los precios, inicialmente se hizo la subida de precios por la subida de los combustibles (causa), sin embargo estos bajaron y los precios se mantuvieron (sin ejercer lo prudente que era bajar los precios también), es deprimente ver como suben los precios y no se puede hacer nada” (Torres Aguilar, entrevista n°2). La empresa se sustenta en que el alza es por el aumento en los precios de los combustibles, sin embargo, los combustibles viven en una dinámica de precios entre las alzas y las bajas, mientras que el precio del pasaje sube $ 50 pesos de un viaje, generalmente entre 1 a 2 veces durante el año.

La opción de que Transantiago, llegue a Colina, parece ser otra de las soluciones que vislumbran los colinanos, para contrarrestar el monopolio de buses, aunque Rodrigo señala lo siguiente “igual el escenario es complejo, la comuna ya no es una comuna rural, si no semi urbana, solo que no tiene esa conexión con el gran Santiago como así lo tienen otras comunas, que en general eran como Colina (en su situación como “rural”) y a través de un proceso de conurbación fueron anexadas al gran Santiago pasando a ser “urbanas”. Colina debido a su ubicación geográfica y al polo de desarrollo habitacional en el sector de Chicureo (sur de Colina) que apunta a un ambiente rural con servicios urbanos imposibilitan que este fenómeno (conurbación) se lleve a cabo ya que no hay nada que haga esta conexión con el área urbana. Por lo cual Colina se ve afectada en la posibilidad de recibir un transporte público controlado por el estado que beneficie a la gente” (López, entrevista, Nº 9).

Es algo difícil, pero no imposible, sino, las autoridades no utilizarían el discurso de que Transantiago llegue a Colina, pues, es una opción se está tratando hace ya algunos años por las autoridades, aunque no se ha visto ningún acto concreto al respecto. En la actualidad, saber si el proyecto sigue en vigencia o no, resulta difícil, no hay información al respecto y la respuesta solo la tienen ellos. Se trata de una problemática que se retoma cada 4 años, cuando inician las campañas electorales, todos los candidatos, manifiestan su descontento por lo caro que resulta viajar a Santiago, realizan sistemas de firmas, ilusionan a la población y cuando ya el proceso de elección termina y se elige a uno de estos individuos como representante de la comuna, el tema queda de lado, todos los llamados a manifestarse quedan en nada, la recolección de firmas posiblemente se va a la basura, a lo mejor es un poco fuerte, pero ¿dónde están los resultados?. Nadie sabe si el proyecto de Transantiago se aceptó o fue rechazado, tal vez, ya ni siquiera tenga vigencia, sin embargo, creo que en las próximas elecciones volverá a ser un tema que entrará nuevamente en palestra, para atraer adeptos e ilusionar a la sociedad con la llegada de un nuevo transporte.

Por otra parte, es cierto que Transantiago, tampoco resulta ser un súper servicio, sin embargo, el que hubieran más opciones para poder viajar y regresar en las tardes, no le haría mal a nadie, las personas decidirían por sí mismas que medio de transporte escoger, y no estar limitada a tomar solo lo que le impone la empresa. También quedaría de lado el arbitrio con el que funciona la empresa, el hecho de decidir sin avisar a los usuarios que se cambia un recorrido, resulta ser incómodo además de que se pasa a llevar a los clientes. Varias veces he llegado en las tardes al Terminal para regresar a casa y me encuentro con el aviso de que el bus que me sirve no está realizando el recorrido habitual por desiciones de la administración. No hay ninguna respuesta más clara, además tampoco se puede interactuar mucho con los choferes, pues, la mayoría tiene una muy mala voluntad para responder una simple pregunta, sobre todo cuando los que hacen esas preguntas somos estudiantes.

En fin, la población de Colina, debe someterse al monopolio que condiciona parte de su vida y su tiempo. Lo único que se pide como usuario y ciudadano, es que exista una mayor competencia, que haya variedad, tenemos derecho a escoger que nos conviene más y en qué nos sentimos más cómodos.

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